Autor para correspondencia: MVZ. Ana Leticia Oregon Miranda

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Los perros de talla mediana son la elección perfecta para muchos entusiastas de los perros. Pueden ser perros falderos como los toy, y también pueden jugar con la energía y determinación de los perros más grandes, lo que atrae a muchos dueños de mascotas que buscan lo mejor de dos mundos.

Las razas medianas suelen ser buenos compañeros de familia ya que no se lesionan fácilmente al jugar con niños o al tener accidentes, como pueden puede suceder con perros pequeños. A menudo son adaptables y pueden ser buenos perros de apartamento. Requieren más ejercicio que los perros pequeños, pero basta con llevarlos a pasear y a que hagan ejercicio de vez en cuando para que queden satisfechos y tranquilos.

Los perros medianos requieren ejercicio regular, nutrición equilibrada, atención médica de rutina y estimulación mental. Aquí te compartimos algunos consejos sobre cómo cuidar a los perros que se encuentran dentro del rango de razas de este tamaño.

Los perros de tamaño mediano pesan entre los 10 y los 22 kg y su esperanza de vida oscila entre los 12 a 15 años. Algunos pueden ser más pequeños o más grandes según su género y genética. Las razas terrier, sabueso, deportivas, no deportivas y razas de trabajo a menudo están representadas en esta categoría de tamaño.

Al elegir un perro de esta talla, se debe de tomar en cuenta su temperamento, ya que puede variar mucho entre razas o sus cruzas. Por ejemplo, el Whippet es un perro mediano que es algo sensible y disfruta de ser mimado (aunque es un excelente atleta). Por otro lado, tenemos al pastor australiano que es un perro mediano, muy robusto, con toda la energía que puedas imaginar y capaz de pastorear ganado.

Existe una variedad tan amplia de perros medianos que lo mejor es investigar las particularidades de cada una antes de adquirirla. Asegúrate de hacer una buena elección que se adapte a tu estilo de vida.

Como se menciona en nuestro blog sobre el cuidado general de los perros, el desarrollo de programas de salud y medicina preventiva adaptados a las necesidades individuales de cada mascota se hace a partir de la división de su esperanza de vida en etapas. Estas etapas de vida son una guía del estado fisiológico en el que se encuentra la mascota y las necesidades que se deben satisfacer.

Podemos dividir la esperanza de vida de los perros medianos en las siguientes etapas:

• Cachorro: 9 meses a 1 año.
• Adulto joven: Hasta los 3-4 años
• Adulto maduro: Hasta los 7 años
• Geronte o adulto mayor: A partir de los 9 años en adelante.

Las pautas generales de atención médica para los perros de tamaño mediano reflejan las de las otras tallas. Después de adquirir un cachorro, ya sea por adopción o compra, un médico veterinario lo debe examinar lo antes posible para determinar su estado de salud y descartar alguna condición del desarrollo o hereditaria. Este es el momento indicado para aclarar cualquier duda sobre su cuidado y comportamiento. En estas primeras visitas se acostumbra a realizar exámenes de heces para descartar infestaciones por parásitos intestinales que necesiten de un tratamiento más agresivo y específico que una desparasitación preventiva, la cual también se administra en algunas de estas visitas según su nivel de riesgo.

Además, el punto más importante de estas consultas es el desarrollo del esquema de vacunación primario para el cachorro, su aplicación se inicia entre el mes y medio y dos meses de edad con repeticiones cada 3 o 4 semanas hasta que el cachorro cumple 4 meses. En esta primera serie de vacunas se aplican las que inmunizan contra el virus del distemper canino (moquillo), el parvovirus canino y la hepatitis infecciosa canina ya que son enfermedades con tasas altas tasas de contagio y mortalidad. Las vacunas no esenciales dependen del estilo de vida de su cachorro y de la posible exposición. Estas pueden incluir leptospirosis, Bordetella, influenza y parainfluenza canina (complejo de la tos de las perreras), entre otras.

Para perros adultos jóvenes y sanos se recomienda realizar un estudio de sus valores biológicos entre el año y cuatro años de vida para tener una referencia de normalidad. Los adultos maduros, es decir a partir de los 4 años hasta los 7 años, deben de ser evaluados por el médico veterinario una vez al año y realizar exámenes sanguíneos en esas visitas. También se pueden realizar estudios de imagen u otras pruebas diagnósticas según el estilo de vida o predisposición genética. Por ejemplo, un perro de trabajo o atleta puede necesitar de evaluación ortopédica para la detección temprana de problemas articulares, mientras que a un Labrador Retriever se le indicarán pruebas para detección de posibles desbalances hormonales.

Al igual que otras tallas de perro, los de raza mediana pueden sufrir de enfermedad periodontal a causa de la acumulación de sarro y gingivitis. Para su prevención se recomienda instaurar una rutina de limpieza dental a partir de los 6 meses de edad, cuando aparecen los dientes permanentes. Por otro lado, los perros medianos y grandes son más propensos a sufrir fracturas dentales por masticación agresiva. Si la fractura expone el interior del diente (la cavidad pulpar), la infección viaja por el diente hasta su raíz, provocando un absceso y la pérdida del diente. Para evitar estas fracturas se recomienda elegir juguetes adecuados, como regla general busca objetos que puedas doblar con la mano sin mucha fuerza o que puedas dejar la uña marcada en su superficie.

En las evaluaciones prevacunales y las de bienestar para perros adultos maduros y geriátricos se debe incluir una evaluación dental consciente y se recomienda realizar profilaxis dentales bajo anestesia cada 4 años a partir de los 2 años de vida. Las razas con pelaje más largo en el hocico pueden necesitar una limpieza dental antes.

Es necesario decidir si se desea esterilizar o no a tu perro de talla mediana. Platica con tu veterinario sobre tus opciones y las necesidades individuales de tu mascota. La edad para llevar a cabo la esterilización puede depender de la raza y estado de salud del perro, aunque de manera general se recomienda llevarla a cabo a partir de los 3 años hasta los 7 años, es decir en la etapa adulta de la mascota.

Un perro mediano está lleno de energía y necesita ejercicio y estimulación mental durante toda su vida. Se recomienda socializar a los cachorros desde edad temprana, con sus compañeros de camada, y con otros animales y personas a medida que se separan de la madre y de la camada. No hay problema con que el cachorro conviva con otros perros antes de terminar el esquema de vacunación primario, siempre y cuando sean perros vacunados y se cuide su higiene minuciosamente: limpiar sus patas y hocico antes y después del juego.

También puede comenzar a entrenar a las 8 semanas de edad, enseñándole cómo seguir señales simples, como responder a su nombre, y cómo caminar con una correa. Puedes estimular el desarrollo mental del cachorro con juguetes tipo rompecabezas y/o juegos de escondite (esconder premios para que los vaya descubriendo).

En la etapa adulta se recomiendan los paseos frecuentes y, dependiendo de la raza, rutinas de agilidad, nado o rastreo. Es importante que el perro aprenda a mantener la calma, esto le permitirá realizar más actividades con ellos, como llevarlos de viaje. Puedes comenzar sentándote en un banco con ellos, sin hacer nada y sin dar ninguna orden durante varios minutos, y luego ir aumentando progresivamente el tiempo.

Para el perro geriátrico estas actividades siguen siendo importantes ya que ayudan a mantener la agudeza mental y la condición física. Se recomienda hacer ciertas modificaciones como cambiar las carreras por caminatas, favorecer actividades acuáticas y juegos mentales.

A partir del nacimiento y durante las primeras 3 a 4 semanas de vida, las necesidades nutricionales de los cachorros son satisfechas con la leche materna. Si se necesita administrar un sustituto de leche, se debe de elegir uno que tenga una fuente de proteínas de excelente calidad, sea altamente palatable y que sus valores nutricionales se acerquen lo más posible a la leche materna. La transición a una dieta para cachorros bien equilibrada comienza a las 3-4 semanas de edad y termina a las 6-8 semanas de edad.

Cuando el perro mediano pasa de cachorro a adulto, su crecimiento se detiene y esto implica un cambio en sus necesidades nutricionales: su metabolismo se desacelera y deja de necesitar nutrientes como el calcio o el fósforo que eran vitales durante su etapa de cachorro.

Por ello, durante esta etapa es importante que alimentes a tu perro con un producto específico para adulto, que se ajuste a sus necesidades nutricionales con proteínas de alta calidad y carbohidratos de fácil digestión como pollo y arroz respectivamente y ácidos grasos omega 3 y 6, en un balance que favorezca a los omega 3. El cambio de dieta para adulto a dieta para adulto mayor se lleva a cabo de forma gradual entre los 7-8 años.

El perro geriátrico tiene requerimientos energéticos menores que los adultos y esto se debe de tomar en cuenta para elegir su alimento. Es necesario mantener un nivel óptimo de proteínas de alta calidad para el mantenimiento de la masa muscular y disminuir la cantidad de grasa y carbohidratos que consume para evitar problemas de sobrepeso. Se pueden ofrecer suplementos que contengan sulfato de glucosamina y condroitina para la salud y la movilidad de las articulaciones, así como ácidos grasos esenciales, especialmente omega-3, para la salud de la piel y las articulaciones.

Referencias:

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